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La industria energética argentina ha tenido cambios significativos en los últimos 30 años. La desregulación petrolera de los años 90 permitió una activa participación del sector privado, como así también la llegada de fuertes inversiones e incrementos en la producción que permitieron, no solo el autoabastecimiento, sino también la exportación de hidrocarburos y la consecuente generación de divisas y empleo.
En el comienzo del nuevo milenio las reglas cambiaron. El Estado empezó a tener una fuerte intervención fijando derechos de exportaciones, precios internos bajos y perjudiciales para la industria, congelamiento de tarifas y distintos tipos de restricciones, proceso que terminó en el año 2012 con la expropiación de YPF, que pasó nuevamente a manos estatales. En este contexto, la producción de petróleo y gas disminuyeron significativamente y el país, debió migrar nuevamente hacia la importación de hidrocarburos, (principalmente gas), dada la desinversión que hubo en el sector por la falta de reglas claras.
La administración del país del año 2015 de Mauricio Macri tuvo como uno de sus principales objetivos, revertir el declino de más de una década, introduciendo diversos programas para apoyar el incipiente desarrollo de los reservorios no convencionales que ya se avizoraba. Sin embargo, la crisis económica de 2018 limitó el impacto positivo de estas medidas, afectando la capacidad del país para sostener un flujo constante de inversiones.
El siguiente gobierno enfrentó una situación económica aún más compleja, profundizada por la pandemia. Adicionalmente, nuevos controles en el mercado de cambios y regulaciones en la industria hicieron que el flujo de inversiones disminuya y las empresas sean más conservadoras. A pesar de adversidades externas e internas, Vaca Muerta logró mostrar un crecimiento sostenido, pasando de ser una promesa a inicios de la década pasada, a una clara y robusta realidad en el presente, básicamente, por la calidad geológica de reservorio “world class” que le ha permitido situarse entre los más importantes del mundo.
Finalmente, el gobierno actual, desde fines de 2023 tiene al respecto un objetivo claro: desregular y liberalizar la economía, con un fuerte apoyo a las inversiones privadas y considerando estratégico para el país el desarrollo de Vaca Muerta, que conforma la principal área no convencional del territorio. La aprobación en el Congreso de la “Ley de bases y punto de partida para la libertad de los argentinos” es clave, dado que tiene importantes incentivos para la inversión privada (RIGI, el cual será explicado más adelante).
En este nuevo escenario, el interés de las empresas locales e internacionales en invertir en petróleo y gas no convencional es muy significativo dado el alto potencial que tiene Vaca Muerta. En los últimos meses, se realizaron anuncios importantes y compromisos de inversión donde el gobierno acordó con distintos actores, nuevas reglas de juego que la hacen aún más atractiva.
En el presente informe hemos incluido los temas que consideramos más relevantes para los inversores: por qué invertir en Vaca Muerta, las principales áreas y transacciones de compraventa realizadas y los incentivos incluidos en la ley mencionada previamente.
Descargá el informe completo y descubrí cómo Vaca Muerta puede ser clave para el futuro de Argentina.
Download the full report and discover how Vaca Muerta can be key to the future of Argentina.
Martín Barbafina
Socio de PwC Argentina a cargo de Marketing y Comunicaciones, PwC Argentina
Tel: (54 11) 4850-4690